La manifestación de las distintas energías, se revelan en distintas formas arquetípicas. Un ejemplo es la energía del principio femenino de la tierra, una energía universal presente en diferentes culturas, venerada por estas, y representada de diversas maneras. La manifestación arquetípica de esta energía femenina universal en la cultura cristiana, son las apariciones marianas. Por tanto este tipo de fenómenos dependen de la iconografía mítica o mental del observador, pues resulta ser un fenómeno idéntico para toda la humanidad. Véase "La otra historia de María"
La energía femenina de la madre tierra, por tanto, es una energía sutil que puede manifestarse arquetípicamente, de modo diferente a cada comunidad específica. Este fenómeno es extrapolable a cualquier tipo de energía sutil.
El psicoanalista C.G. Jung, habló de signos que pueden aflorar desde las profundidades del inconsciente, símbolos abiertos a toda la humanidad, a lo largo de la historia, por mediación del inconsciente colectivo. Los estudios de Jung sobre el tema ovni son muy interesantes. La percepción de ciertas energías en una sociedad tecnológica son muy diferentes a los de una sociedad no-racional, en la que domina la religión, mitología, rituales primitivos, o los sistemas ocultistas como la astrología y la alquimia.
Estas proyecciones arquetípicas podrían provenir según Jung de una convulsión de gran alcance, que se manifiestan en la psique colectiva de la humanidad.
"Vi cuatro ruedas colocadas al lado de los querubines, y las ruedas resplandecían como piedras preciosas... Cuando los querubines se detenían, las ruedas se detenían junto con ellos..." (Ezequiel 10,9-17)
Ezequiel tuvo la visión de un carro de fuego, una percepción que podría ser muy diferente a la de un disco volador tripulado por seres extraterrestres.
Una vez Don Juan Matus dio una palmada en la espalda a Carlos Castaneda, lejos de ser un saludo o un síntoma de afecto, el viejo chamán utilizaba esta técnica para cambiar la posición del punto de anclaje de su discípulo. Es decir, modificaba la zona de distribución de la conciencia situada a la altura del omóplato derecho. El viejo chamán percibía la forma arquetípica de esta energía sutil de anclaje, corrigiéndola con su mano y consiguiendo transportar a Carlos Castaneda, a un estado más elevado de conciencia. De repente la voz de Don Juan le invitaba a no apegarse a ese estado de éxtasis, para continuar con su camino espiritual.
Por tanto, el viejo chamán era capaz de encontrar a través de la consciencia y de su sensibilidad en las manos, el punto de ensamblaje de las energías sutiles de su discípulo, demostrando que la única limitación en la facultad de adivinación del ser humano, es la propia capacidad de concebir lo que es capaz de encontrar.
Los estudios de Turon Rifaf sobre "Las enseñanzas de Don Juan", afirman que este punto es el que une todos los cuerpos de energía del hombre y es el mecanismo donde reside la capacidad de percepción sutil, algo directamente relacionado con la salud en sanación.
Los cuerpos de energía del hombre son más de dieciséis, aunque en la actualidad no podemos acceder a todos, pero si detectar algunos. Carlos Castaneda habló del huevo cósmico o de luz, en el cual vive el hombre refiriéndose a estos cuerpos. Una envoltura energética conformada por diferentes capas de energía sutil.
Es interesante destacar que las enseñanzas de Don Juan advierten que mientras la fuerza del huevo cósmico o luminoso se encuentra en el punto de anclaje, el ser humano percibe la realidad de una manera determinada. La modificación eventual de la situación del anclaje, modifica también la percepción de realidad durante ese periodo.
Isodorus, uno de los últimos gnósticos que enseñó en la escuela de Alejandría y que fue parafraseado posteriormente, habla en uno de sus tratados hoy en día perdidos del "augoeides" o huevo áurico, una membrana oval en la que flota el cuerpo físico y que curiosamente esta enganchada a la altura del omóplato derecho.
Hoy en día a través de las reducciones arquetípicas podemos detectar este punto de ensamblaje, como una especie de cable que va desde la altura del omóplato derecho, a la vertical encima de la cabeza. Este ensamblaje es de vital importancia en la sanación, al gobernar nuestras percepciones en un sentido sutil y estar relacionado con la toma de conciencia, punto de partida para recuperar la salud.
La detección arquetípica de las esencias humanas, así como de los cuerpos etéricos con la puntas de los dedos, como cualquier radiestesista haría con sus varillas, abre un campo de posibilidades a la sanación, convirtiendo esta en un método racional de sanación espiritual. El Arquetipo es la esencia energética de algo. El Arquetipo es la idea que anticipa la manifestación en la materia, una fuerza formativa etérica que al ser transferida a los diferentes estratos energéticos del paciente, modifica la codificación y la información de la enfermedad, intentando restablecer la perfección original del ser, la forma primitiva y primera de perfección, armonizando al ser con la idea divina.
lunes, 7 de julio de 2014
jueves, 3 de julio de 2014
Radiestesia. La energía del Dragón
Desde antaño, desde los tiempos más remotos, observamos como la piedra se convierte en objeto de veneración por parte del hombre, considerándola morada de Dios e incluso el cuerpo de este. La piedra ha sido venerada históricamente por distintas culturas. Desde la antiguedad los sabios maestros de la Madre Naturaleza utilizaron las construcciones megalíticas para el equilibrio de las energías de la Tierra o energías del Dragón.
Las construcciones megalíticas interaccionan con los seres vivos, pero sobre todo interactúan con la Madre Tierra. Los dolmenes bajo su gran losa forman un caparazón de protección energética, una zona neutra apartada de las líneas Hartmann que los rodean, de ahí que por norma general tienen su eje orientado dirección Sureste. Este templo natural construido en la antiguedad es un espacio armonizador y equilibrador. Un espacio que si continúa activo, se convierte en una estructura en la cual asciende desde las venas del Dragón, o líneas telúricas, una onda vibracional cuyo armónico puede conducir al hombre directamente a un estado de conciencia más elevado. Este vórtice de energía aparece a un tercio de la altura de la cámara dolménica. La actividad de los antiguos dolmenes, dependen de la presencia actual de las líneas de la Conciencia Colectiva, un sistema de líneas no permanentes que estudiaremos detalladamente en entradas posteriores.
Las construcciones en piedra poseen dos características principales, la piedra es capaz de entrar en vibración y es acumuladora de energías cósmicas y telúricas. La losa superior del dolmen adquiere gran importancia en esta construcción, cuando se abre una línea telúrica hacia la superficie, esta energía del dragón provoca que una línea celeste o cósmica descienda a su encuentro, un flujo de intensidad idéntica pero de inversa polaridad.
La gran losa del dolmen, detiene y acumula la energía confiriendo a este un punto de armonía vibracional positiva, una energía regeneradora para el ser humano. El menhir por el contrario atrae la energía del dragón. Este elemento constructivo situado encima de las venas telúricas de la tierra, actúa como captador y emisor de energías, expulsando esta energía del subsuelo y convirtiendo el perímetro en una zona libre de geopatías. Por tanto los campos de menhires, son campos energetizados. Según los Druidas, son campos donde el dragón se manifiesta, mientras que los dolmenes, son las cuevas donde según sus leyendas, el dragón duerme vigilando el tesoro de la Madre Naturaleza.
El uso de menhires para el bloqueo de cruces de líneas hartman, frenan las corrientes freáticas, evitando las inundaciones y hundimientos del terreno, mientras que los dolmenes sirven para la transformación espiritual del iniciado.
Las construcciones megalíticas interaccionan con los seres vivos, pero sobre todo interactúan con la Madre Tierra. Los dolmenes bajo su gran losa forman un caparazón de protección energética, una zona neutra apartada de las líneas Hartmann que los rodean, de ahí que por norma general tienen su eje orientado dirección Sureste. Este templo natural construido en la antiguedad es un espacio armonizador y equilibrador. Un espacio que si continúa activo, se convierte en una estructura en la cual asciende desde las venas del Dragón, o líneas telúricas, una onda vibracional cuyo armónico puede conducir al hombre directamente a un estado de conciencia más elevado. Este vórtice de energía aparece a un tercio de la altura de la cámara dolménica. La actividad de los antiguos dolmenes, dependen de la presencia actual de las líneas de la Conciencia Colectiva, un sistema de líneas no permanentes que estudiaremos detalladamente en entradas posteriores.
Las construcciones en piedra poseen dos características principales, la piedra es capaz de entrar en vibración y es acumuladora de energías cósmicas y telúricas. La losa superior del dolmen adquiere gran importancia en esta construcción, cuando se abre una línea telúrica hacia la superficie, esta energía del dragón provoca que una línea celeste o cósmica descienda a su encuentro, un flujo de intensidad idéntica pero de inversa polaridad.
Medición radiestésica de un Dolmen |
La gran losa del dolmen, detiene y acumula la energía confiriendo a este un punto de armonía vibracional positiva, una energía regeneradora para el ser humano. El menhir por el contrario atrae la energía del dragón. Este elemento constructivo situado encima de las venas telúricas de la tierra, actúa como captador y emisor de energías, expulsando esta energía del subsuelo y convirtiendo el perímetro en una zona libre de geopatías. Por tanto los campos de menhires, son campos energetizados. Según los Druidas, son campos donde el dragón se manifiesta, mientras que los dolmenes, son las cuevas donde según sus leyendas, el dragón duerme vigilando el tesoro de la Madre Naturaleza.
Medición radiestésica de un Menhir |
El uso de menhires para el bloqueo de cruces de líneas hartman, frenan las corrientes freáticas, evitando las inundaciones y hundimientos del terreno, mientras que los dolmenes sirven para la transformación espiritual del iniciado.
miércoles, 2 de julio de 2014
Radiestesia. La columna de luz sagrada
Ahora bien, hay diversos dones, pero siempre un mismo espíritu. Diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. Diversas funciones, pero es el mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. A cada uno se le da una manifestación especial del espíritu para el bien de los demás. A unos se les da la palabra de la sabiduría, a otros la palabra del conocimiento, pero siempre por el mismo espíritu. A otros fe y a otros dones para sanar enfermos. Ese mismo espíritu otorga poderes milagrosos, a otros profecía, a otros discernir espíritus. Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien otorga a cada uno según el lo determina. ( I Corintios 12-7).
Los pasajes de la Epístola de San Pablo hablan de los dones espirituales que se manifiestan en todos y cada uno de nosotros, de forma particular, para un propósito general de bien para los demás. Este texto bíblico nos acerca al espiritismo y la mediumdidad, como estados naturales del ser humano. El don de discernir espíritus, supone el hecho de distinguir los espíritus verdaderos de los falsos a través de la manifestación del designio divino. En los Hechos de los Apóstoles podemos leer como un soplo divino, dividido en lenguas de fuego, se colocó sobre cada una de las cabezas de estos. Una columna de luz que invadió sus cuerpos otorgándoles los poderes milagrosos que el propio espíritu determinó.
De todos es conocido, pues hemos hablado con anterioridad, que el acceso a lo sagrado es un derecho de la humanidad. Que ninguno de nosotros necesitamos intermediarios en la relación intima con lo divino. Todos los seres humanos, sin distinción alguna pueden acceder a la columna de luz sagrada. Esta es una experiencia que se puede llevar a cabo contactando con otra dimensión de la conciencia. Estas capacidades psíquicas y mentales conducen sin duda alguna al hombre al escalón más alto de la pirámide evolutiva
Algunos tacharán de blasfemia nuestras palabras, quizás por desconocimiento, tal vez por mantener su dominio, o en muchos casos por el hecho de que su experiencia de lo divino es simplemente lo que han escuchado de otros, y por tanto han decidido no tener que pensar demasiado
Esta energía que describe la Biblia como el Espíritu Santo, ha sido utilizada por distintas culturas y no es exclusiva de las prácticas cristianas. También es utilizada por los sanadores, que de forma consciente o intuitiva en otros casos, es usada en sus sesiones de trabajo. Pero más allá de aparecer únicamente en ciertos casos, se manifiesta en altares, meditaciones, e incluso en cualquier reunión con fines sagrados
La columna sagrada ha podido ser fotografiada en numerosas ocasiones. Jesús Castro Vázquez, en su libro "supervivencia", tomó diversas fotos de este fenómeno, realizadas con rayos infrarrojos a intervalos de un minuto. En las mediciones radiestesicas con péndulo de madera, se puede observar claramente como este brilla en la semioscuridad, cuando se sitúa sobre una línea de la columna.
Recuerdo que una compañera de trabajo, nos mostró sorprendida lo que ella consideraba un extraño efecto luminoso en varias fotos que había realizado una tarde soleada en el campo. En el centro del grupo de amigos que formaba un círculo, en memoria de otro amigo común fallecido días atrás, se apreciaba claramente como la columna de luz descendía desde las alturas.
Sig Lonegren, uno de los mas afamados radiestesistas de los Estados Unidos, describió esta energía llamándola "upper". Además curiosamente localizó su contrario, una especie de agujero negro "downer" que absorbía esta energía y que aparecía en casos donde había existido grandes dosis de odio, violencia, o magia negra. Muchos sanadores en sus sesiones son capaces de reparar estas anomalías a través de esta energía divina.
La energía divina, la columna sagrada, es una propiedad universal de la materia, tiene una distribución variable y desigual en el espacio tiempo. Llena la estructura del universo y no puede ser aislada ni eliminada de ningún lugar de la naturaleza, penetrando y circulando a través de todo. Puede cargar cualquier sustancia y ser transferida de un cuerpo a otro. Es luminosa y de color blanco azulado, o blanco dorado cuando es positiva. Los seres humanos son portadores de esta energía, que fluye a través de la visualización y de la conciencia como una conexión universal. La sanación no es posible sin esta fuerza que funciona positiva o negativamente a nuestra elección.
Las mediciones radiestésicas de esta fuerza son factibles, siguiendo las experiencias de Colin Bloy hemos podido detectarla en altares de templos, casas de sanadores, de gente espiritualmente despierta, o en reuniones de ámbito espiritual. La medición con las varillas permite trazar su silueta, cerrándose estas al pasar por las líneas de los ocho círculos concéntricos que marca su energía sutil. Cualquier radiestesista que disponga de algo de experiencia puede realizar la medición de estas líneas efímeras y no permanentes. La medición a través de la punta de los dedos para aquellos que estén familiarizados con esta técnica, supondrá dieciséis reacciones, dos por cada círculo concéntrico de las líneas de fuerza de la columna de luz. Cuando un sanador se conecta con estas fuerzas, los clarividentes describen una columna de luz en forma de ocho círculos concéntricos, describiéndolos como ocho tubos de luz de suaves colores , uno dentro del otro, que crecen indefinidamente.
Los pasajes de la Epístola de San Pablo hablan de los dones espirituales que se manifiestan en todos y cada uno de nosotros, de forma particular, para un propósito general de bien para los demás. Este texto bíblico nos acerca al espiritismo y la mediumdidad, como estados naturales del ser humano. El don de discernir espíritus, supone el hecho de distinguir los espíritus verdaderos de los falsos a través de la manifestación del designio divino. En los Hechos de los Apóstoles podemos leer como un soplo divino, dividido en lenguas de fuego, se colocó sobre cada una de las cabezas de estos. Una columna de luz que invadió sus cuerpos otorgándoles los poderes milagrosos que el propio espíritu determinó.
De todos es conocido, pues hemos hablado con anterioridad, que el acceso a lo sagrado es un derecho de la humanidad. Que ninguno de nosotros necesitamos intermediarios en la relación intima con lo divino. Todos los seres humanos, sin distinción alguna pueden acceder a la columna de luz sagrada. Esta es una experiencia que se puede llevar a cabo contactando con otra dimensión de la conciencia. Estas capacidades psíquicas y mentales conducen sin duda alguna al hombre al escalón más alto de la pirámide evolutiva
Algunos tacharán de blasfemia nuestras palabras, quizás por desconocimiento, tal vez por mantener su dominio, o en muchos casos por el hecho de que su experiencia de lo divino es simplemente lo que han escuchado de otros, y por tanto han decidido no tener que pensar demasiado
Esta energía que describe la Biblia como el Espíritu Santo, ha sido utilizada por distintas culturas y no es exclusiva de las prácticas cristianas. También es utilizada por los sanadores, que de forma consciente o intuitiva en otros casos, es usada en sus sesiones de trabajo. Pero más allá de aparecer únicamente en ciertos casos, se manifiesta en altares, meditaciones, e incluso en cualquier reunión con fines sagrados
La columna sagrada ha podido ser fotografiada en numerosas ocasiones. Jesús Castro Vázquez, en su libro "supervivencia", tomó diversas fotos de este fenómeno, realizadas con rayos infrarrojos a intervalos de un minuto. En las mediciones radiestesicas con péndulo de madera, se puede observar claramente como este brilla en la semioscuridad, cuando se sitúa sobre una línea de la columna.
Recuerdo que una compañera de trabajo, nos mostró sorprendida lo que ella consideraba un extraño efecto luminoso en varias fotos que había realizado una tarde soleada en el campo. En el centro del grupo de amigos que formaba un círculo, en memoria de otro amigo común fallecido días atrás, se apreciaba claramente como la columna de luz descendía desde las alturas.
Sig Lonegren, uno de los mas afamados radiestesistas de los Estados Unidos, describió esta energía llamándola "upper". Además curiosamente localizó su contrario, una especie de agujero negro "downer" que absorbía esta energía y que aparecía en casos donde había existido grandes dosis de odio, violencia, o magia negra. Muchos sanadores en sus sesiones son capaces de reparar estas anomalías a través de esta energía divina.
Medición radiestésica de un "downer" |
La energía divina, la columna sagrada, es una propiedad universal de la materia, tiene una distribución variable y desigual en el espacio tiempo. Llena la estructura del universo y no puede ser aislada ni eliminada de ningún lugar de la naturaleza, penetrando y circulando a través de todo. Puede cargar cualquier sustancia y ser transferida de un cuerpo a otro. Es luminosa y de color blanco azulado, o blanco dorado cuando es positiva. Los seres humanos son portadores de esta energía, que fluye a través de la visualización y de la conciencia como una conexión universal. La sanación no es posible sin esta fuerza que funciona positiva o negativamente a nuestra elección.
Medición radiestésica de la columna de luz |
Las mediciones radiestésicas de esta fuerza son factibles, siguiendo las experiencias de Colin Bloy hemos podido detectarla en altares de templos, casas de sanadores, de gente espiritualmente despierta, o en reuniones de ámbito espiritual. La medición con las varillas permite trazar su silueta, cerrándose estas al pasar por las líneas de los ocho círculos concéntricos que marca su energía sutil. Cualquier radiestesista que disponga de algo de experiencia puede realizar la medición de estas líneas efímeras y no permanentes. La medición a través de la punta de los dedos para aquellos que estén familiarizados con esta técnica, supondrá dieciséis reacciones, dos por cada círculo concéntrico de las líneas de fuerza de la columna de luz. Cuando un sanador se conecta con estas fuerzas, los clarividentes describen una columna de luz en forma de ocho círculos concéntricos, describiéndolos como ocho tubos de luz de suaves colores , uno dentro del otro, que crecen indefinidamente.
martes, 1 de julio de 2014
¿Hacemos unos milagros?
Estimados lectores, aquí estamos de nuevo, comenzamos un segundo recorrido por este apasionante mundo, y queremos hacerlo de idéntica forma a como empezamos en un principio. Esta fue la cabecera inicial de nuestro blog, una llamada a la conciencia, al conocimiento que el espíritu humano tiene de su propia existencia, de sus estados y por supuesto de sus actos. La base fundamental de cualquier realidad, es nuestra conciencia. Para poder pensar, desear y actuar en una misma dirección debemos tener un mínimo equilibrio entre el conocimiento y la reflexión.
Este es un mundo materialista, un mundo desigual, que no respeta los derechos más básicos del ser humano, un mundo que no vive en Unidad. Pero... ¿por que es así?, ¿por que somos incapaces de cambiarlo?, si analizamos en profundidad esta cuestión nos damos cuenta que es imposible una unidad colectiva, una consciencia mayor, si el ser individual es incapaz de experimentar los distintos niveles de su propio Ser.
El Yo Superior, es la realidad mas interna del ser humano, morada del amor, inteligencia, voluntad, poder, y espiritualidad. Es donde reside la expansión ilimitada de la conciencia, que sirve como fuente de funcionamiento armonioso. Los estados de conciencia elevados, transcienden los estados inferiores del ser, apartan la estructura defensiva humana, la coraza externa que muestra al mundo un rostro falso, un parapeto que busca conectar con el Ser inferior, la fuente de emociones negativas o primarias del inconsciente. Pero no basta con asomarse meramente a los niveles elevados de conciencia, es necesario integrarlos en nuestra vida diaria.
Después de haber hecho un recorrido genérico, en la parte inicial del blog por algunos de los temas de mayor interés espiritual, esta segunda parte que aquí comenzamos, estará más enfocada a la sanación. Sin duda alguna el aspecto más valioso de la sanación espiritual, y por supuesto el más relevante, es la sanación de la conciencia y el espíritu. Esta es su dimensión más elevada que busca el cambio de la conciencia colectiva. Esta conciencia es el karma colectivo, la suma de los karmas individuales y modificados a través del despertar individual, y por tanto del despertar de la colectividad.
¿Hacemos unos milagros?
El despertar del ser humano ha comenzado.
Este es un mundo materialista, un mundo desigual, que no respeta los derechos más básicos del ser humano, un mundo que no vive en Unidad. Pero... ¿por que es así?, ¿por que somos incapaces de cambiarlo?, si analizamos en profundidad esta cuestión nos damos cuenta que es imposible una unidad colectiva, una consciencia mayor, si el ser individual es incapaz de experimentar los distintos niveles de su propio Ser.
El Yo Superior, es la realidad mas interna del ser humano, morada del amor, inteligencia, voluntad, poder, y espiritualidad. Es donde reside la expansión ilimitada de la conciencia, que sirve como fuente de funcionamiento armonioso. Los estados de conciencia elevados, transcienden los estados inferiores del ser, apartan la estructura defensiva humana, la coraza externa que muestra al mundo un rostro falso, un parapeto que busca conectar con el Ser inferior, la fuente de emociones negativas o primarias del inconsciente. Pero no basta con asomarse meramente a los niveles elevados de conciencia, es necesario integrarlos en nuestra vida diaria.
Después de haber hecho un recorrido genérico, en la parte inicial del blog por algunos de los temas de mayor interés espiritual, esta segunda parte que aquí comenzamos, estará más enfocada a la sanación. Sin duda alguna el aspecto más valioso de la sanación espiritual, y por supuesto el más relevante, es la sanación de la conciencia y el espíritu. Esta es su dimensión más elevada que busca el cambio de la conciencia colectiva. Esta conciencia es el karma colectivo, la suma de los karmas individuales y modificados a través del despertar individual, y por tanto del despertar de la colectividad.
¿Hacemos unos milagros?
El despertar del ser humano ha comenzado.
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