Las energías del planeta

Parte primera

Estudiando el sistema transeuropeo de las líneas Ley, descubrimos varias líneas principales que recorren la península ibérica. En las vacaciones veraniegas nos decidimos a seguir una de estas rutas, una veta telúrica que partía en el país vasco francés, desde la iglesia de San Jean de Luz, hacia el sur dirección al Moncayo. Las energías de algunas zonas del recorrido nos sorprendieron, y la meditación que realizamos en la capilla templaria de Eunate, nos aportó alguna información esotérica y muchas ganas de continuar investigando estos recorridos.

Una vez de regreso a Madrid, mapa en mano, pudimos analizar en profundidad las tres líneas principales de ley que recorren nuestro país. Estas líneas son alegaciones de varios lugares de interés geográfico e histórico, como antiguos megalitos o monumentos alineados sobre distintos puntos energéticos del planeta.

De las tres líneas Ley, elegimos la que procedía de Tierra Santa, desde el monte Pamir, cruzando el Mediterráneo hacia Atenas, Florencia, Roma, Marsella, hasta entrar por La Junquera en Cataluña. Esta línea continúa recorriendo la península ibérica dirección oeste atravesando los municipios de Atienza, El Escorial y Yuste, adentrándose en tierras portuguesas hacia Fátima y Nazaré.

Una vez situadas en el plano, decidimos montar encima el mapa completo de las rutas jacobeas, descubriendo que en algunos casos estas líneas de energía coincidían con el recorrido del Camino de Santiago, como en el caso de la línea que procedía desde Rosslin y Londres siguiendo una alineación de dólmenes por la campiña inglesa, dirección a Lourdes.

También pudimos observar que la ruta Jacobea de La Lana, que discurre desde las ruinas del castillo de Monteagudo de las Salinas, localidad que recibe las rutas valencianas, ascendía dirección norte, cruzando Atienza, dirección San Esteban de Gormaz, continuando hacia Santo Domingo de Silos, para llegar a Burgos y unirse con la ruta Jacobea francesa. Un territorio de tradición templaria, ideal para continuar nuestras investigaciones.

La zona norte de Guadalajara y sur de Soria fue definitivamente el lugar elegido. La cercanía del territorio marcado era ideal para desarrollar nuestros trabajos con cierta comodidad. Además la intersección en Atienza de la línea de ley con la ruta Jacobea de La Lana, nos proporcionaba un inmejorable punto de partida.

Lo primero que hicimos fue prepararnos un mapa con menor escala de la zona elegida. Del mapa anterior donde teníamos las rutas a nivel estatal, trazamos una línea norte sobre Atienza, con la intención de obtener el ángulo exacto de la línea ley respecto al norte geográfico, para poder trasladarlo al nuevo mapa. A continuación, para comenzar, marcamos los primeros enclaves que consideramos interesantes, con la intención de completar nuestro mapa en un futuro. En Atienza elegimos en principio, la iglesia románica de Santa María del Rey y la ermita de Nuestra Señora de La Estrella. En Albendiego, la iglesia de Santa Coloma y la anexa ermita del Santo Alto Rey y en Campisábalos, la iglesia de San Bartolomé. Sabíamos que algunos de estos templos tenían un supuesto halo de la Orden del Temple, aunque la anexión de Toledo en 1085 por el rey Alfonso VI hizo que la frontera de la reconquista se desplazase a tierras del río Tajo dejando un territorio estable sin interés estratégico-geográfico y por tanto sin nadie a quien defender supuestamente. Pero este paso natural entre el reino de Castilla y Aragón al ser un territorio rico en recursos naturales, continuó con el transito de viajeros, comerciantes y peregrinos. Además en estos tiempos, la élite templaria en su contacto en Tierra Santa con el esoterismo islámico y en España con el judío, dio un nuevo giro al esoterismo cristiano, a través del conocimiento de la fe sufista, la gnosis islámica y la cabala judía. De hecho en el año 1270 Moisés de León escribió el Libro del Esplendor, considerado como el texto cabalístico medieval más importante de Europa.

Nuestra búsqueda a través de la radiestesia y la meditación en los lugares señalados, intentaría desvelar el simbolismo esotérico de la iconografía de los templos elegidos, enclavados en esta vena telúrica guardada supuestamente por los templarios. Desvelar también los puntos en los que fluyen las energías telúricas. Lugares en los que se suceden acontecimientos milagrosos. Lugares de antiguos templos desaparecidos de cultos misteriosos. Lugares en el que manan aguas milagrosas. Lugares misteriosos donde los templarios dejaron su huella con ermitas, santuarios, torres y castillos en zonas fuera de conflictos. Lugares en los que buscar la sabiduría de Salomón o el Santo Grial, no como objetos físicos si no como arquetipos inmersos en el inconsciente colectivo.

En principio decidimos acercarnos a la iglesia de Santa Coloma con la intención de estudiar un poco la situación y ornamentación arquitectónica de de este templo. Decidimos en la primera visita tener únicamente un simple contacto energético con el lugar. Cuando empezamos a estudiar la ornamentación arquitectónica del templo, nos llamó rápidamente la atención en las celosías la cruz de ocho puntas y el sello de Salomón en el arranque de una columna central. Se cree que esta abadía se fundó con las haciendas que poseían los templarios que protegían aquel territorio, consistiendo sus bienes en la misma iglesia, un castillo inmediato, una casa y huerta y la ermita del Santo Alto Rey, que esta en la sierra de su nombre, además de toda la tierra que mediaba entre dicho sitio y la parroquia.

Pero más allá de conjeturas, entonces ¿por qué esta abadía regentada por los Canónigos Regulares de san Agustín, se fundó supuestamente en posesiones templarias?, ¿por qué no existen documentos escritos que nos confirmen la realidad de estos hechos? y ¿cuál fue el proceso para pasar de manos del Temple a la orden de los Canónigos Regulares de San Agustín?

Demasiados misterios sin desvelar, la maraña histórica arroja diversas hipótesis difíciles de esclarecer. Si la Orden del Temple se funda en Jerusalén en el año 1119 dC y llega a España entre el año 1128 dC y 1129 dC, con el beneplácito del rey Alfonso I de Aragón a instancias de San Bernardo, esta propiedad estuvo poco tiempo en manos del Temple, ya que el obispo Don Rodrigo redacta un documento el 21 de Abril de 1197 dC en el que atribuye la hacienda a Los Canónigos Regulares de San Agustín, instituidos en el año 1144 dC, coincidiendo con el comienzo de la catedral de Sigüenza.

En el año 1311 dC, un año después de la disolución de la Orden del Temple, el obispo de Sigüenza contesta una rogativa del papa Clemente V, encargándole inventariar los bienes templarios, contestando el Obispo que en su Diócesis no existían posesiones templarias en Medinaceli, Berlanga de Duero, Almazán, Caracena , ni en el resto de la Diócesis de Sigüenza.

En el año 1312 dC, el Papa destina mediante una bula, que los bienes expropiados al Temple pasen a formar parte de las propiedades del la Orden del Hospital o San Juan de Jerusalén. El reino de Aragón acata las directrices de la bula papal, mientras en Castilla el rey Fernando IV, se anexiona los bienes templarios, repartiéndolos arbitrariamente entre la nobleza más próxima al poder real y las Órdenes Militares. Pero hay un dato histórico interesante, el Obispo de Sigüenza hace férrea oposición a que se instale la Orden del Hospital en Atienza, ¿quizás para evitar que se enajenen los bienes templarios?, ¿por qué esta defensa a ultranza?, hasta el punto que tuvo que intervenir el papa Clemente V. De todas formas en una carta de privilegio fechada el 6 de septiembre de 1353, Pedro IV de Aragón, ratifica a los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén los privilegios concedidos por sus antecesores, dando a entender que la presencia templaria fue evidente.

Después de varias horas de visita, fotografiamos la decoración de cruces patadas de ocho y doce puntas y de la estrella de David, elementos de clara influencia oriental. Estos elementos cistercienses o pro-góticos pueden ser propios de la arquitectura medieval cruzada, similares a los de el castillo del Crack de los Caballeros, sede central de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén en Siria, pero determinar si esta influencia es mudéjar o por el contrario de las órdenes militares procedentes de Jerusalén que intervinieron en la reconquista seria una tarea ardua.

El templo de Santa Coloma estaba rodeado de misterios, el edificio comenzado en el siglo XII no se pudo terminar por causas que aún desconocemos y para finalizar su ejecución en el siglo XV esta se realizó de una manera distinta y mucho más modesta de lo proyectado inicialmente.

Antes de marcharnos,  nos sentamos enfrente del sello de Salomón esculpido en la piedra de la ermita. El sello de Salomón es un potente arquetipo que nosotros utilizamos habitualmente para cerrar nuestras sanaciones. Todo indicaba que en este lugar de altas energías alguien decidió construir un templo, hace casi mil años.