Cuando alguien entra en nuestras vidas y es capaz de modificar algo de ellas nos resulta maravilloso; cuando nosotros nos mostramos a alguien y podemos esbozar una alternativa, nos resulta un gran honor; pero cuando logramos que otros actúen sobre sus propias vidas, nos resulta un placer indescriptible.
Si entendemos que la enfermedad es un regalo para poder equilibrar nuestro ser, que esta no puede sobrevivir en un cuerpo emocionalmente saludable y que el cuerpo refleja simplemente lo que ocurre en nuestro interior, habremos dado el primer paso para sanar.
Agradecer las cosas buenas de la vida, creer que van a seguir sucediendo y visualizarse en el estado de bienestar deseado, son factores que ayudarán a la sanación, además de utilizar la actitud como una poderosa herramienta en el proceso de sanación, y la toma de conciencia como el eje fundamental para que el cuerpo recupere la salud.
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