El Despertar de los chakras y de la Kundalini, según Charles Bebster Leadbeter.
(Parte tercera)
El reverendo Charles Bebster Leadbeter nació en Inglaterra en 1847, fue ordenado sacerdote anglicano el año 1879 en Farnham por el obispo de Winchester, Inglaterra, donde desempeñó el puesto de vicerrector. Fue miembro de la Sociedad Teosófica de Nueva York en 1852, fundada por Helena Blavatsky. Esta sociedad promovía estudios sobre religiones, filosofía y ciencia, e investigaba los poderes latentes del hombre. En 1927 Leadbeter publicó su libro "Los chakras" viajando por todo el mundo y enseñando sus descubrimientos a occidente.
La teosofía afirma la existencia del cuerpo etérico que se diferencia del cuerpo físico. Este cuerpo etérico es el vehículo que permite que fluyan corrientes de pensamiento, acción y sentimiento desde el cuerpo astral invisible hasta la materia física más densa. Según Leadbeater para el clarividente, el cuerpo etérico es completamente visible como una masa vaporosa y difuminada de color violeta-gris que penetra las partes más densas del cuerpo, y se extiende más allá de el.
Los chakras existen como centros de fuerza en la superficie del doble etérico, y sirven como canales de energía entre el cuerpo físico y astral. En su estado latente son pequeños círculos de unos cinco centímetros de diámetro aproximadamente, que presentan un apagado resplandor. Cuando se encuentran activados, como sucede en una persona psíquica, se muestran como radiantes remolinos de luz. A juicio de Leadbeter la divina energía del cosmos cuando entra en cada chakra, establece en ángulo recto emanaciones de fuerzas secundarias. Según cada persona los chakras varían de tamaño y brillo, y a veces se hace claramente en la misma persona el distinto desarrollo de unos sobre otros.
Leadbeter nombra los chakras de la siguiente manera:
- Chakra de la raíz (Muladhara). Situado en la base de la columna irradia en cuadrantes tonos alternativamente rojo o naranja, cuando se activa se vuelve de un tono naranja-rojizo fuerte.
- Chakra del bazo. Se encarga de la dispersión de la energía obtenida del sol, una vez absorbida, esta vitalidad se vuelve a emitir en seis ondulaciones, rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta.
- Chakra del ombligo (Manipura). Situado en el plexo solar, recibe diez ondulaciones de la fuerza primaria, íntimamente ligado con las emociones del individuo, emite sombras variantes de color rojo y verde.
- Chakra del corazón (Anahata). Situado en el corazón, manifiesta doce rayos, y reluce de color dorado.
- Chakra de la garganta (Vishudda). Situado en la laringe, tiene dieciséis rayos, y exhibe sombras alternativas de color azul y verde, produciendo un efecto de agua plateada y brillante.
- Chakra de los ojos (Ajna). Situado entre las cejas, se divide en dos partes, rosa mezclado con amarillo a un lado y azul púrpura al otro. Leadbeater percibió este chackra diferente a las escrituras hindúes, con un total de 96 ondulaciones divididas en dos partes.
- Chakra de la coronilla (Sahasrara). Situado en la parte superior de la cabeza, es el ultimo chackra que suele despertar. Normalmente es una depresión en el cuerpo etérico que permite la libre entrada de la fuerza divina. Sin embargo a medida que una persona avanza en su desarrollo espiritual y empieza a recibir luz divina, el chackra se invierte, convirtiéndose en un canal de irradiación mas que de recepción. Revela 960 manifestaciones de la fuerza divina en doce ondulaciones de blanco y oro.
Según Leadbeater no es adecuado identificar a los chakras con los plexos nerviosos, más bien actúan como conductos intermediarios del cuerpo físico y astral, aunque se encuentren íntimamente relacionados con ellos. La explicación de Leadbeter difiere de los Upanishads y del Shat-chakra-murapa, que para el lector que lo desee pueden ser textos de gran interés, por ser más antiguos y de procedencia oriental. El prana lo sitúa Leadbeter como origen solar irradiándose en todas direcciones y siendo absorbido en el hombre por el chakra del bazo. El prana en el hombre según Leadbeater, se absorbe por el chakra del bazo, en donde se subdivide en rayos de siete colores: violeta, azul, verde, amarrillo, rojo oscuro, y rosa. Estas corrientes de color fluyen hacia uno o más chakras en donde se vivifican los órganos y otros sistemas del cuerpo.
Visualización de los siete rayos individuales de la fuerza primordial:
Rayo Violeta-Azul. Este rayo fluye de forma natural hacia la garganta, dividiéndose en dos tonos, uno azul claro que sigue vitalizando la garganta, y otro azul oscuro y violeta que pasa sobre el cerebro. El azul oscuro se sumerge en las partes inferior y central del cerebro, mientras que el violeta asciende vigorizando la parte superior de la cabeza.
Rayo Verde. Penetra de forma especial en el plexo solar, llenando el abdomen y vivificando el hígado, riñones y el sistema digestivo.
Rayo Amarillo-Dorado. Su recorrido es hacia la cabeza depositando allí la energía sustancial, sigue la ruta por el interior del cerebro dirigiéndose hacia la flor de doce pétalos que se encuentra situada en medio del centro de fuerza más elevado.
Rayo Rosa. Recorre todo el sistema nervioso completo, este rayo tiene la capacidad de impregnar e irradiar energía a otros individuos, por eso muchas veces ciertas personas se sienten exhaustas después de pasar tiempo cerca de personas débiles.
Rayo Rojo-Naranja. este rayo también tiene tonalidades púrpura oscuro, fluye por la base de la espina dorsal y activa los órganos urogenitales, actuando como estimulante sexual y ayudando a mantener el calor corporal. Cuando el individuo desarrolla un fuerte sistema defensivo, este rayo puede dirigirse hacia el cerebro donde las tres tonalidades experimentan una modificación. El naranja se convierte en amarillo dorado y activa el intelecto. El rojo oscuro se vuelve carmesí generando un estado altruista. El púrpura se transforma en violeta pálido ampliando la espiritualidad. Una vez se han realizado estas elevadas transformaciones se transcienden los deseos sexuales. de este modo cuando se asciende la serpiente de fuego, pueden evitarse los graves peligros del proceso.
Según Leadbeter, los centros existen tanto en la dimensión etérica como en la astral, pero sus descripciones corresponden al cuerpo etérico, encontrándose los vórties sobre la superficie del mismo. Los centros astrales recuerdan en aspecto y situación a los centros etéricos, constituyendo entidades fundamentalmente diferentes. El despertar de estos centros astrales solo puede empezar con la activación de la Kundalini, la serpiente del fuego situada en el chakra raíz. En las personas corrientes, esta energía es una masa inerte, incapaz de sustanciar ningún poder por si misma, pero cuando se activa empieza a ascender iluminando el alma, y permitiendo que la persona obtenga el conocimiento más elevado del universo.
Cuando la Kundalini comienza a ascender y alcanza el segundo chakra "bazo", la persona es capaz de viajar por el mundo astral con una vaga sensación de conciencia. Cuando alcanza el tercer chakra (Manipura) se despierta gradualmente el sentimiento en el cuerpo astral. A nivel del cuarto chakra (Anahata) el despertar de la Kundalini permite al hombre comprender y relacionarse con otras entidades astrales. A medida que la fuerza asciende al quinto centro el chakra (Vishudda) uno adquiere el poder de oír en el plano astral. Con el despertar del sexto chakra (Ajna), aparece el poder de una completa visión astral. Cuando la Kundalini alcanza el (Sahasrara) el séptimo centro, el adepto adquiere un conocimiento completo de la vida astral comprendiendo toda la perfección de los poderes astrales.
Los centros astrales según Leadbeter actúan casi como órganos sensoriales para el cuerpo astral. Sin embargo debería recodarse que estos centros difieren considerablemente de los órganos de los sentidos físicos. Una persona que funciona en el cuerpo astral tiene la capacidad de ver objetos en cualquier dirección sin girar la cabeza. Esta información visual se percibe además a través de otros chakras que no son el Ajna. Cuando se despiertan los centros solo a nivel astral, la conciencia física no conoce lo que está pasando, esta información solo puede dirigirse del astral al físico mediante los centros etéricos que deben encontrarse plenamente abiertos para recibir la información. El raja yoga enfatiza en la concentración y meditación de los chakras, en el karma yoga se hace hincapié en la disolución del karma, en el jnana yoga se procura desarrollar la sabiduría, en el laya yoga se intenta desarrollar la comunicación con seres divinos, en el bhakti yoga se centra en el amor hacia Dios, y en el mantra yoga se practica el recitado de mantras.
Según Leadbeter el despertar de la Kundalini puede ser espontáneo, pero lo habitual es que sea gradual y que la mayoría de las personas que intentan despertar la Kundalini por primera vez, encuentran bastantes dificultades en la presente encarnación, teniendo menor dificultad aquellas que han practicado yoga en vidas anteriores. Durante el despertar espontáneo de la serpiente de poder, se experimenta en el coxis, en el abdomen o en la columna un resplandor amortiguado. A esto le sigue un dolor muy agudo en la médula espinal, el canal por donde se eleva la Kundalini. Una vez despertada la energía ha de ser controlada cuidadosamente dirigiéndose su poder de forma eficaz y de modo especial hacia los distintos chackras. Normalmente el adepto se centra en un determinado chakra y lo activa mediante la absorción de prana, elevando la Kundalini hacia ese centro energético. Esta práctica requiere la indispensable supervisión de un maestro.
Cuando la serpiente de fuego contacta con el segundo centro etérico comienza un preludio al viaje astral que podrá ser recordado posteriormente.
Cuando la serpiente de fuego alcanza el tercer chakra el practicante experimenta diversas clases de influencias astrales.
Con el despertar del cuarto chackra, la persona empieza a experimentar de forma natural alegrías y penas de otras personas, abarcando incluso el sufrimiento corporal.
Con el despertar del quinto centro el practicante se vuelve clarividente en los planos astrales y etérico.
La ascensión de la serpiente de fuego al sexto chakra, permite el desarrollo de un delgado tubo etérico que posee un ojo en la punta y que se encuentra situado entre las cejas, que puede ser usado para examinar alargándose y contrayéndose objetos a voluntad. Leadbeter afirma que este tercer ojo, es la serpiente que se pintaba en la frente de los faraones.
Finalmente el despertar del séptimo centro revitaliza la Kundalini permitiéndole pasar fácilmente a través de todos los centros, adquiriendo la capacidad de transcender la conciencia física y vivir la beatitud de los cielos.
Leadbeter habla de un interesante fenómeno que denomina "clarividencia causal". En este estado se pueden percibir fragmentos del mundo astral a pesar de que la Kundalini no se encuentre todavía despierta. Esto se debe a la fuerte absorción de prana que activa los chakras a niveles más altos. Una concentración interior intensa, consecuencia de los estados de Hanana o Dhyana explicados en capítulos anteriores, produce a veces estos espasmódicos estados de clarividencia que no se vinculan al despertar de la serpiente de poder. Cuando una persona experimenta estos estados podría conseguir el despertar completo de la fuerza de la Kundalini.
Ya hemos hablado anteriormente de la importancia del modelo de vida virtuoso bien integrado y ético que se necesita para un correcto despertar de la Kundalni, si una persona intenta despertar la serpiente del fuego antes de cumplir los citados criterios puede correr los siguientes peligros:
- La Kundalini, si sus movimientos no son controlados pueden generar insoportables dolores que afectan a todo el sistema somático, causando a veces la muerte, incluso superando el daño a la muerte física.
- Si el poder de la serpiente fluye hacia abajo en vez de elevarse por la médula espinal, se activan los centros animales en las regiones más bajas del cuerpo, produciendo el resurgir de la pasiones más indeseables.
- Pueden producirse intensificaciones de las más básicas y perversas características de la personalidad, rasgos de gran ambición, celos, egoísmo, etc., deteriorando el núcleo del proceso de la vida.
Aunque el despertar del poder de la serpiente pueda llevar al practicante a la liberación espiritual, son muy serios los peligros que aguardan a aquellas personas que no se encuentre adecuadamente preparadas. Leadbeater hace hincapié en la necesidad de desarrollar un amor altruista y dedicar tiempo y energía al mejoramiento de la sociedad antes de entregarse a prácticas espirituales, y que se necesita la guía de un gurú para evitar el despertar prematuro de la Kundalini con sus correspondientes peligros.
Según Leadbeater los centros existen tanto en la dimensión etérica como en la astral, estos centros tienen su vórtice sobre la superficie del cuerpo etérico y regulan las funciones fisiológicas. Los centros o chakras astrales recuerdan a menudo en su aspecto y situación a los centros etéricos, aunque constituyen entidades diferentes. Existen dentro del cuerpo astral y controlan las funciones sensoriales, mentales y espirituales en la dimensión astral. El despertar de estos centros astrales solo se consigue con la activación de la Kundalini o serpiente de fuego.
Leadbeater habló también de la "red etérica" una fuerza vital que envuelve como un escudo al cuerpo físico, actuando como una fuerte barrera para todas las fuerzas, con excepción de la fuerza divina, que pasan entre el cuerpo físico y el astral, protegiendo al cuerpo físico de la influencia de entidades astrales. El consumo habitual de tabaco, drogas, alcohol, narcóticos etc. puede llegar a debilitar esta red protectora. El daño causado a esta red puede afectar de forma directa al cuerpo astral.
El interesante trabajo de Leadbeater a principio de siglo, nos dejó unas explicaciones precisas y comprensibles, describió los centros etéricos como el los percibió, y realizó unas valiosas descripciones del proceso del despertar de la Kundalini, que crean un camino que conduce a una comprensión fundamental del conocimiento esotérico.
Fuentes: Los Chakras (Charles B. Leadbester)
Chakras, kundalini y las energías sutiles del ser humano (Hiroshi Motoyama)
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